Supongo que lo que se dice en estos casos es “hola de
nuevo”…
Así
pues, hola de nuevo. A todos y a todas.
¿Y
qué mejor día para retomar un proyecto tan antiguo, como el Día del Libro? Hoy, 23 de abril de 2022, parece que por fin
empezamos a ver la luz un poco más cerca y un poco más firme, después de estos
dos años de pandemias y de desastres y de restricciones. ¿Y sabéis lo que sigue
ahí? Sí, lo habéis adivinado: la lectura,
los libros… y los lectores, es decir, vosotros y vosotras.
Celebramos
el Día del Libro por dos motivos muy concretos: el fallecimiento de Shakespeare
y el fallecimiento de Cervantes, a lo cual se suma la interesante festividad de
Sant Jordi, cuya ancestral y hermosa costumbre es la de intercambiar rosas y
libros, a lo cual por supuesto os invito con todo el placer del mundo (sí,
yo también estoy de acuerdo en que no era necesario matar al dragón para luego
celebrarlo, sobre todo teniendo en cuenta que los dragones son criaturas muy
interesantes y que no suelen meterse con nadie a menos que les provoquen… pero
qué queréis que os diga, así eran las cosas en aquellos tiempos, y si bien hoy
en día nos haríamos amigos del dragón y le diríamos al santo que buscase
enemigos más peligrosos sin ir más lejos entre los de su propia especie,
aceptamos la metáfora porque nos gusta y con el tiempo le hemos cogido
cariño).
Y
ahora, mira tú por dónde, lo podremos celebrar por otro motivo. O al menos, yo.
Porque ni siquiera ha sido idea mía esto de volver al ruedo de los blogs
(bendita sea Neus, mi jefa de prensa, por sugerírmelo), pero una vez que me
convencí a mí mismo de hacerlo, me di cuenta de que lo echaba de menos. Porque
es una buena manera de contaros cosas, queráis vosotros/as saberlas o no. Y es
una buena manera de consignar qué es lo que nos da y deja de darnos una vieja e
interesante amiga como es la literatura.
Porque bien saben los dioses que lo he intentado, pero lo cierto es que a estas
alturas de la película, ya no puedo dejarlo. Es decir, ya no puedo dejar de
escribir. Y sobre todo, ya no puedo escaparme de vosotros/as, los/as
lectores/as.
Así
que aquí nos iremos viendo. No sé con qué periodicidad (otro de los sucios
trucos que ha utilizado Neus para hacerme volver ha sido asegurarme que no
tendría que dedicarle demasiado tiempo y esfuerzo al asunto), pero nos veremos.
Y mientras tanto, por supuesto, nos veremos en las calles, en las librerías, y
en las ferias, que es donde apetece verse.
Y
por supuesto, y más allá de redes sociales y de páginas web y de estadísticas,
nos veremos en los libros, que es donde a fin de cuentas un escritor como yo se
siente más cómodo.
Así
pues, este año, en Sant Jordi, estoy
por Palma (de Mallorca), como podéis
ver más abajo, así que si os apetece venir a comprar libros, o sencillamente a
verlos y a charlar, seréis más que bienvenidos/as.
Hola
de nuevo. Me alegro de volver a veros.
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