Continúo mis experiencias en la Feria del Libro de Madrid 2022 que empezaba ASÍ
Por lo tanto, y hablando ya de la Tierra Incontable, vendimos tanto el “Círculo Primero: el Despertar”
como el “Círculo Segundo: Viaje a la Profundidad” como las “Historiasde Sirenas”, pero por supuesto, y como no podía ser de otra manera, la
indiscutible estrella fue el cómic de “Arn, el Navegante”, que se agotó. No es casualidad: un cómic
dibujado por Raúlo Cáceres que está
triunfando en Alemania y cuya edición
francesa con páginas añadidas está prevista para el año que viene, ha sido
sin duda la mejor de las maneras para estrenarme como guionista del medio. Ah,
y también hubo gente atraída por mi libro de viajes, “La Vuelta al Mundo en 111 Días”,
cuya especial historia dedicada a mi fallecida esposa sigue conmoviendo los
corazones de la gente de una forma que, la verdad, no esperaba.
Lectores,
lectores, y más lectores: lectores nuevos, que me decían que iban a enviar mis
libros a lugares tan distantes como Venezuela.
Lectores veteranos como Lara, que a sus 16 años está escribiendo y seguro que
muy bien porque sé que muy bien lo hacía ya, y que con 10 años sostenía mi
libro infantil entre sus manitas casi sin alcanzar el mostrador y me aseveraba
con rotundidad que “este es mi libro favorito de toda mi vida”. Lectores
familiares, como mi prima Laura y su hija o mi prima Lola Álvarez Feito (quedaos con su nombre, porque algún día la gente
descubrirá lo grande que es su poesía, y conocerá de paso la diferencia entre
un/a poeta de verdad y un/a juntapalabras). Amigos que pasan a ser lectores, de
los que de repente descubren que esto mío no es una baladronada ni una pose
sino una profesión, y de repente deciden que ya que están se van a leer algo
aunque solo sea para criticarme después (yo también os quiero,
muchachos/as)…
Y
lectores que te sorprenden de verdad, como una chica llamada Irene (creo recordar… y perdóname si me
equivoco, pero la vorágine de la feria siempre me juega malas pasadas de este
tipo) que se plantó delante de mí con una sonrisa entusiasta y una actitud que
sugería que nos conocíamos en persona… y no, no era así, pero ella estaba muy
contenta de hacerlo, porque era lectora.
Lectora veterana. Tan veterana que tenía TODOS mis títulos de la Tierra
Incontable (y con Alberto Santos llegué a publicar seis… que sí, ya
rescataremos, hay que tener paciencia), se conocía la historia al dedillo, y
quería más. Y se llevó las nuevas ediciones del Círculo Primero y del Círculo
Segundo, porque lo demás ya lo tenía. Y se le iluminaron los ojos cuando le
confirmé que, efectivamente, estoy
trabajando en el Círculo Quinto, aunque no tengo ni idea de cuándo lo
acabaré. Tal y como le dije, escribo
para lectores como ella, que son los que me animan a seguir en esos
momentos en los que no tienes ni idea de si le interesará a alguien eso que
estás haciendo.
Y
sí, por muchos años que pasen y muchos libros que vendas, esos momentos siguen
estando ahí.
Pero
creo que eso es algo que nos pasa a todos, la verdad. Porque después de tantos
años, y de compartir stand (y amistades) con profesionales tan variopintos que
ofrecen propuestas tan diferentes (desde guías de videojuegos con un público
muy limitado a superventas de parodias o a escritores “serios” de sesudos
ensayos académicos), te das cuenta de que hay
algo que nos une, y es la pasión por lo que hacemos… y a veces, la duda de
si lo que hacemos vale realmente para algo. Pero la verdad es que visto el
gentío que nos ha visitado este año, y lo bien que nos está yendo a todos (o
eso me han confirmado compañeros de la talla de Isaac Sánchez “Loulogio”, Enrique Vegas, Rocío Cuervo
o Diego Moldes), lo único que
podemos hacer es dar las gracias y
seguir adelante. Y eso haremos, porque como siempre, no tenemos otro
remedio.
¿Y
cómo íbamos a hacerlo, si sabemos que no nos lo perdonaríais jamás?
Así
que tranquilos, porque ahora que la feria ha vuelto, y ha vuelto del todo,
tenemos libros para rato. De todo tipo, de todo pelaje, y de toda condición. Y
los que no tenemos ahora mismo, los tendremos muy, muy pronto. Os lo
prometo.
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